domingo, 21 de noviembre de 2010

Turismo de aventura en los Saltos del Monday: “Sensación de flotar en el aire”

Dejanira, de 11 años, desciende por la ladera del Monday, casu pegada a la cascada.

Descender con cuerdas más de 40 metros de altura, por la ladera de los imponentes Saltos del Monday, casi pegado a la cascada, es la nueva opción del turismo de aventura en el Alto Paraná. Ultima Hora acompañó la experiencia.

Por Andrés Colmán Gutiérrez
PRESIDENTE FRANCO

“¡Es como volar o flotar en el aire, es una sensación increíble…!”, describe Dejanira Guerín, una niña de 11 años de edad, que en el mediodía de este sábado 20 de noviembre vivió su primera experiencia de descender con cuerdas (rapel) los más de 40 metros de ladera de los Saltos del Monday, en la Reserva Natural Privada Maharishi, distrito de Presidente Franco, como parte de una iniciativa que busca promover el turismo de naturaleza y de aventura.
El periodista de Última Hora acompañó al primer entusiasta grupo de ‘rapeleros’, conformado por Carlos, Francisca, y la pequeña Dejanira, mientras más personas iban llegando para aguardar su turno, en una jornada que se inició a la mañana, en la entrada del Parque Municipal de los Salto Monday, donde el promotor turístico Marcelo Lovera, de la empresa Tembiasá, Deportes y turismo de aventura, se encargó de recibirnos, para luego guiarnos en una larga caminata por las orillas del Monday, aguas arriba de los saltos.
En un hermoso paraje, a orillas del río, nos aguardaba Nicolás Garcete, cuidador de la reserva Maharishi, quien nos hizo cruzar el Monday en canoa hasta la propiedad de 450 hectáreas, que conserva uno de los últimos importantes remanentes de Bosque Atlántico virgen que aún queda en la región.
Una caminata de casi un kilómetros a través del sendero Mbyju’i itá keravo (“en busca del vencejo de cascadas”, denominado así en homenaje a un bello ave en peligro de extinción, que anida en el lugar), hasta llegar a la margen derecha de los Saltos del Monday, donde el instructor Juan González Stanley aguardaba con todo el sistema de cuerdas de seguridad ya instalado, y los equipos necesarios para la práctica del denominado “deporte extremo”.

UN PARAISO POR DESCUBRIR. Desde los miradores naturales de la reserva Maharishi (al otro lado del Parque Municipal) se observan las mejores vistas de los Saltos del Monday, tanto desde los alcantilados de altura, como desde la misma base de las cascadas.
“La Fundación Maharishi, con sede en Holanda, está desarrollando una experiencia de turismo naturaleza y turismo de aventura, a través de la empresa paraguaya Tembiasá, para que las personas puedan venir a vivir una experiencia increíble, como esta de descender con rapel por la ladera del Monday, para poder conocer, disfrutar y comprometerse con la protección de nuestros bellos lugares naturales”, explica Juan González Stanley, experto en turismo y representante en Paraguay de la Fundación.
Tras una breve charla técnica y didáctica de en qué consiste el rapel (del francés rappel, sistema de descenso por cuerdas), viene la colocación de los equipos: un arnés de cintura al que se sujetan cuerdas unida a mosquetones con seguro, un casco y guantes. Y luego acercarse con cuidado hasta la orilla desde donde las aguas se precipitan al vacío con la fuerza de un huracán. Empieza la emoción máxima.

SALTO AL VACÍO. Estar parado en lo alto del acantilado, en la cumbre de los Saltos, provoca una confusa sensación de vértigo y poder. Luego poner los pies, tensar la cuerda y dejar caer el cuerpo en un armonioso salto al vacío. Si, es la sensación de “volar o flotar en el aire”, como lo describe Dejanira, pero casi cayendo junto al poderoso torrente de agua, en medio de un remolino de vapor y un ruino atronador.
El descenso dura alrededor de diez minutos, según la velocidad que se le imprima. Hay momentos en que el pie toca la pared, pero a mitad de trayecto ya es solo dejarse caer suavemente, hasta tocar la base de las cascadas.
Una experiencia única, que no se puede describir con palabras. Hay que vivirla.

LA AVENTURA ESPERA.“Estos programas lo realizamos a cada cierto tiempo, para un nímino de 8 personas y máximo de 25. Si hay personas interesadas en hacerlo en otras fechas, les organizamos un tour según sus necesidades”, explica Marcelo Lovera, directivo de Tembiasá, la misma empresa que realiza raids y carreras de aventuras en varias regiones del país.
La experiencia que insume gran parte del día, cuesta 130 mil guaraníes por persona, e incluye los equipos de rapel, el ingreso a la Reserva Maharishi y chaleco salvavidas para el cruce en canoa por el Monday.
Más datos se pueden solicitar a los teléfonos: 0981 739741 y 0983 618802.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La quimera del titanio en Alto Paraná

César Antonio Gimenez, uno de los jóvenes excavadores en busca del titanio.

Pobladores de Minga Porá reciben entre incrédulos y esperanzados la noticia de poseer posiblemente el mayor yacimiento de titanio en el mundo. Desde hace un año, técnicos peruanos cavaron “más de mil pozos”, pero nadie sabía para qué.


Por Andrés Colmán Gutiérrez
y Wilson Ferreira
MINGA PORÁ, ALTO PARANÁ

Minga Porá, una pequeña y laboriosa localidad rural de 13.000 habitantes, a 95 kilómetros al norte de Ciudad del Este, amaneció el viernes 5 de noviembre sobresaltada por la noticia aparecida en la portada de los principales diarios del país, de que en esa región se encuentra un enorme yacimiento de titanio, probablemente el más grande del mundo.
El anuncio del hallazgo del valioso mineral, realizado en Hong Kong por el célebre geólogo y empresario norteamericano David Lowell, ayudó a despejar el misterio instalado en la zona, desde que en junio de 2009 llegara “un grupo de ingenieros peruanos”, quienes contrataron a varios jóvenes lugareños para realizar excavaciones de pozos por todos los alrededores, aunque nunca explicaron con claridad qué es lo que estaban buscando.
“Por fin podemos saber detrás de qué lo que andaban estos ingenieros. Acá ya se dijo de todo, desde que estaban buscando oro, hasta que iban a llevar agua con propiedades medicinales para curar el sida. Pero la verdad es que le dieron trabajo a muchos jóvenes, pagaban 60.000 guaraníes por cada metro que se llegaban a cavar”, relata Venancio González, artesano tallador de madera, mientras guía a los enviados de Última Hora hasta el lugar donde estableció uno de los campamentos de Metálicos y no Metálicos del Paraguay SRL, nombre con el que se inscribió localmente la empresa peruano-canadiense SIC Resources, presidida por Lowell.

POZOS Y MÁS POZOS. “Yo no sé qué lo que es el titanio, pero ojalá que esto que hemos ayudado a encontrar sirva para traer progreso, y que nos saque de la pobreza, porque en esta zona existe mucha necesidad”, dice Juan Andrés Giménez, don Toti, un agricultor de Lote 8, San Miguel, a unos 6 kilómetros del centro urbano de Minga Porá, quien se convirtió en el principal colaborador de los técnicos que llegaron hace más de un año a pedirle ayuda para contratar excavadores.
“Ellos buscaban alguien que conozca la zona, y yo les ayudé. Aquí mismo armaron su campamento, bajo carpas, frente a mi casa. Me dijeron que estaban buscando minerales, pero nunca me dijeron que era titanio. Trajeron un permiso firmado por el propio ministro de Obras Públicas, Efraín Alegre. Yo les conseguí personal, mi propio hijo trabajó con ellos”, relata don Toti.
El hombre levanta una carpa y muestra centenares de bolsas de tierra que se extrajeron durante las excavaciones, y que llevan inscripciones de clasificación. “Aquí contrataron como a una veintena de trabajadores, seguramente cavaron más de mil pozos, iban por todas partes en varias camionetas y mandaban cavar, sacaban la tierra y analizaban con una máquinas especiales que traían, en que se veía con lente de aumento hasta el hilo más fino. Después ponían las muestras en bolsitas y llevaban”, cuenta el poblador.
Don Toti nos muestra una polvorienta fotocopia de la Resolución 643 del MOPC, “por la cual se otorga permiso de prospección o cateo de minerales metálicos y no metálicos a la empresa Metálicos y No Metálicos del Paraguay SRL, en una superficie aproximada de 30.000 hectáreas ubicada en el Departamento del Alto Paraná”.

LEVANTARON CAMPAMENTO. Actualmente no permanece ningún representante de la empresa en la región. “Hace 15 días le pagaron a todo su personal y levantaron campamento, aunque dejaron las bolsas de tierra y algunos de sus equipos en mi casa. Dijeron que regresarían recién en enero. No sabíamos que habían encontrado algo de valor, ahora nos enteramos que había sido estamos encima del yacimiento de titanio más grande del mundo. Ojalá esto ayude a levantar esta zona, que es muy pobre y olvidada por las autoridades”, dice don Toti, mientras acaricia las bolsas de tierra almacenadas en su patio, como si súbitamente éstas se hubiesen convertido en oro.

ESPERANZA. “Es una buena noticia que nos alegra mucho, porque trae esperanza de desarrollo a esta aislada región”, celebra el intendente de Minga Porá, Pedro Ojeda.
El jefe comunal reconoce que el anuncio del hallazgo del gran yacimiento de titanio en la región también le tomó de sorpresa, como a la mayoría de los pobladores, pues si bien sabía que “técnicos de una empresa peruana” estaban realizando excavaciones en la zona, en busca de minerales, no se había informado de ningún descubrimiento.
“Si, yo tenía contacto con esa gente, estuvieron varias veces con nosotros, pero no conocía los detalles. Ellos se movilizaban mucho por toda la región, haciendo excavaciones de aquí para allá. Esperemos que esta noticia traiga bonanza y prosperidad a nuestra comunidad. Vamos a estar acompañando, para ver en qué podemos intervenir y ayuda”, dijo el intendente en una conversación telefónica, ya que debido al fallecimiento de un familiar tuvo que ausentarse de la ciudad.
Minga Porá, antiguamente conocida como Colonia Malvina, es la última localidad al norte de Alto Paraná, sobre la ruta a Salto del Guairá, más conocida como “Supercarretera de Itaipú”, ya cerca de la frontera con Canindeyú. De sus 13.000 habitantes solo 1.000 viven en el casco urbano, y un importante número está conformado por migrantes de origen brasileño. La principal actividad económica es la agricultura, principalmente soja, maíz, trigo y algodón.

PALA AL HOMBRO. César Antonio Giménez tiene solo 16 años de edad, pero se siente orgulloso de ser uno de los excavadores que ayudaron a encontrar el yacimiento de titanio posiblemente más grande del mundo, en la zona de Minga Porá.
“Cuando supe que estaban buscando trabajadores para cavar pozos me presenté y me contrataron. Los que nos dirigían eran unos ingenieros peruanos, muy serios, muy correctos en el trabajo. Nos dieron todos los equipos necesarios, casco, uniformes, guantes, cinturones, palas largas. Nos llevaban en camioneta por todas partes a cavar. Nunca hice tantos pozos en mi vida”, relata.
Les mandaban excavar pozos de unos 60 centímetros de diámetro, de entre 4 a 10 metros de profundidad, hasta encontrar el tipo de suelo que estaban buscando, tomaban muestras y analizaban con equipos especializados, y luego clasificaban las mismas en bolsas de plástico.
“Nos pagaban 60.000 guaraníes por cada metro excavado, y además nos daban aguinaldo, vacaciones y seguro en el IPS. Yo estoy muy agradecido por la manera correcta en que nos tratan. Ojalá vuelvan pronto y sigan dando trabajo a los jóvenes, porque aparte de esta empresa, aquí nadie vino a ofrecernos nada”, afirma César Antonio.